NUEVA YORK.- Un informe del Fondo Monetario Internacional de finales del año pasado destacó los errores que cometió Europa. "La reestructuración de deuda, cuando finalmente se llevó a cabo, fue muy poca y demasiado tardía", señaló y recoge The Wall Street Journal.
La crisis de Grecia estalló en 2010, pero los
gobiernos sólo aprobaron una reestructuración de la gigantesca deuda del
país dos años después. Para entonces, los acreedores se vieron
obligados a asumir grandes rebajas que, de todas maneras, resultaron
insuficientes, apuntó el informe.
La lección para Washington sobre
Puerto Rico parece sencilla: evitar un remedio amargo ahora -en la
forma de una reestructuración de los 70.000 millones de dólares en deuda
de la isla principalmente en manos de inversores estadounidenses y
puertorriqueños- aumenta las probabilidades de un rescate federal más
adelante.
El Departamento del Tesoro ha propuesto designar una
autoridad de supervisión fiscal para auditar las finanzas del estado
libre asociado junto con un mecanismo de reestructuración de deuda,
similar a una bancarrota supervisada por un juzgado, que entrará en
efecto si las negociaciones voluntarias fracasan.
Los congresistas del Partido Republicano en la Cámara de
Representantes se preparan para dar a conocer esta semana un borrador
por el estilo, lo que ha desencadenado mucha actividad entre abogados y
firmas de lobby para conseguir votos antes de que el Congreso regrese de
sus vacaciones de Semana Santa.
El principal problema es simple.
La economía de Puerto Rico se ha contraído desde 2006. Las oportunidades
de empleo son escasas y disminuyen, las empresas están haciendo las
maletas y los precios de las viviendas se desploman.
Los
residentes de Puerto Rico, que son ciudadanos estadounidenses, se están
mudando a territorio continental. La población se ha estado reduciendo
desde 2005, pero el descenso se ha acelerado durante los últimos cinco
años. Las personas en edad productiva se están marchando. Uno de cada
cinco residentes es mayor de 60 años, una proporción mucho más alta que
la de cualquier estado de la unión. La población de menores de 5 años se
ha reducido 37% desde el año 2000.
"Si se espera, la crisis
empeorará considerablemente. Más gente se irá", predijo el mes pasado
durante una audiencia Simon Johnson, ex economista jefe del FMI. "La
base tributaria se seguirá desintegrando y los acreedores recibirán
incluso menos".
Puerto
Rico se ha endeudado significativamente durante la última década para
equilibrar sus presupuestos. En julio de 2014, el pago de la deuda
absorbió 27% de los ingresos del gobierno, más del doble que cualquier
estado de EE.UU., según Moody's Investors Service.
Puerto Rico ya
dejó de pagar algunas deudas pequeñas y el gobierno ha advertido sobre
los pagos de más de 2.000 millones de dólares que vencen en mayo y
julio. La isla no puede reestructurar deudas municipales en un tribunal
de quiebras porque no es un estado. Una ley local que hubiera creado un
entorno similar fue anulada por una decisión judicial. La semana pasada,
la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. escuchó argumentos sobre la
apelación y se espera que emita un fallo en junio.
Un factor que
complica el asunto es que la isla tiene una serie de emisiones de deuda
con promesas de seguridad distintas, diseñadas a lo largo de los años
para eludir los estándares de sostenibilidad de deuda. Esto ha hecho que
algunos acreedores estén más dispuestos a acudir a los tribunales.
Otros han sugerido que la isla ha maquillado sus tribulaciones fiscales.
El
resultado es que algunos acreedores han sido reacios a ofrecer
concesiones en las negociaciones voluntarias de reestructuración.
También están presionando fuertemente en el Capitolio para debilitar la
legislación de reestructuración, que algunos han caracterizado como un
rescate a pesar de que la reestructuración no pone dinero de los
contribuyentes en riesgo.
Analistas de las firmas de gestión de
activos Pimco, AllianceBernstein y Nuveen Investments han cuestionado en
las últimas semanas los argumentos de que una legislación de
reestructuración para Puerto Rico acarrearía nuevos riesgos en el
mercado de bonos municipales de 3,7 billones de dóalres. Sin un marco de
reestructuración ordenada, la alternativa sería una serie de cesaciones
de pagos y demandas. "Un calvario largo y costoso para todas las partes
involucradas", dijo Sean McCarthy, jefe de investigación de crédito
municipal en Pacific Investment Management Co.
El
ex secretario del Tesoro de EE.UU., Larry Summers, ha llamado al caso
de Puerto Rico como una prueba para determinar si los intereses
financieros controlan Washington.
Para los encargados de
políticas, la opción no es necesariamente entre la reestructuración de
la deuda o simplemente imponer una supervisión más estricta. Se trata de
decidir entre abordar la crisis ahora o enfrentar llamados más costosos
de ayuda posteriormente en forma de transferencias del gobierno federal
o préstamos, dice Aníbal Acevedo Vilá, que fue gobernador de Puerto
Rico entre 2005 y 2009. Por ejemplo, algunos defensores de los tenedores
de bonos y líderes políticos locales están invocando los rescates de
2009 a las automotrices de Detroit para solicitar que el Departamento
del Tesoro refinancie o garantice deudas.
Esto no es viable para
Washington por el momento, ya que podría hacer que los contribuyentes
tengan que pagar por un endeudamiento desenfrenado de Puerto Rico
facilitado por Wall Street.
Los
problemas no terminan allí. Los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades de EE.UU. advirtieron el mes pasado que 20% de la
población de la isla podría contraer el virus del zika transmitido por
mosquitos en un brote durante mediados de año. Por otra parte, la
compañía eléctrica de la isla cortó temporalmente a principios de mes la
electricidad de un hospital que tiene cuatro millones de dólares en facturas
pendientes.
La gran pregunta es cómo la economía de la isla va a
frenar la emigración y regresar a la senda del crecimiento, una tarea
que se vuelve más difícil en momentos en que los acreedores se pelean
sobre quién debe asumir los costos de las malas inversiones.