sábado, 25 de junio de 2016

El Gobernador concentra esfuerzos en la junta fiscal para Puerto Rico

SAN JUAN.- El gobernante Alejandro García Padilla centra sus esfuerzos hoy a favor de la legislación federal que impondrá a Puerto Rico una junta de control fiscal, a la vez que la reestructuración de su deuda pública. 

El mandatario, que se halla en Washington recabando el apoyo de senadores demócratas a la criticada medida denominada Promesa, que a la vez que impone una junta de siete miembros para supervisar el gobierno del Estado Libre Asociado (ELA), tiene como objetivo garantizar a Wall Street y a la fondos buitres el pago de la deuda pública de 70.000 millones de dólares.

La legislación, sancionada en día pasados por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, debe ser votada por el Senado a la brevedad posible, puesto que esta isla del Caribe, bajo la dominación de la nación norteña, incurrirá el próximo 1 de julio en un nuevo impago a los bonistas, esta vez de casi dos mil millones de dólares.

Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (Promesa, siglas en inglés) es considerada un retroceso en las relaciones con Estados Unidos, que por más de 60 años aseguró en el plano internacional que esta isla del Caribe de 3,5 millones de habitantes había alcanzado su soberanía, ya que regulará las operaciones del gobierno boricua.

El delegado puertorriqueño electo ante el Congreso, Pedro Pierluisi, también se ha manifestado a favor de la aprobación de la medida, no así el flamante presidente del Partido Nuevo Progresista (PNP), Ricardo Rosselló, candidato a la gobernación en las elecciones del 8 de noviembre próximo.

García Padilla se reunió con la influyente senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, además de Jeffrey Merkley, del estado de Oregon, y con miembros de la oficina de Joe Manchin, de West Virginia, como parte de sus esfuerzos para que se provea a Puerto Rico de herramientas para atender la crisis fiscal y el estancamiento económico de una década.

El mandatario advirtió a los funcionarios del Senado federal la urgencia de que se apruebe el proyecto Promesa, que es repudiado por un amplio sector del espectro político puertorriqueño.

García Padilla ha reconocido la necesidad garantizar los servicios esenciales de la ciudadanía por lo que no puede cumplir con el pago de notas que se avecina.

En días recientes el gobernador envió cartas a cada uno del centenar de senadores estadounidenses para solicitar su apoyo al proyecto antes de que finalice este mes, ya que Puerto Rico no cuenta con recursos para cumplir con el pago parcial de su deuda, a menos que se afecten servicios esenciales, que incluyen el pago de sus salarios a los empleados públicos, como policías, médicos, enfermeras y maestros.

Un congresista convoca a luchar contra la junta fiscal para Puerto Rico

SAN JUAN.- El congresista demócrata Luis Gutiérrez convocó hoy a los puertorriqueños luchar con tesón contra el establecimiento al gobierno de Puerto Rico de una junta de control fiscal por el Congreso de Estados Unidos. 

"Al igual que nuestra unidad expulsó a la Marina (de Guerra de Estados Unidos) de Vieques, la unidad expulsará a la junta de control fiscal", expresó al participar en la Asamblea del Pueblo, celebrada en San Juan, con el propósito de forjar un programa de lucha en contra del mecanismo de control de Washington.

El legislador demócrata por Illinois combate el proyecto Promesa con el cual los republicanos y demócratas se proponen garantizar a los bonistas de Wall Street y los fondos buitre cobrar la impagable deuda pública de Puerto Rico de 70.000 millones de dólares.

"Estamos forjando unidad entre hermanos, estamos llegando juntos como compañeros sin importar las razas y clases, trabajando juntos por un futuro mejor", dijo en el coliseo Roberto Clemente, en San Juan.

Acusó a los republicanos de pretender que los puertorriqueños, sumidos en una profunda crisis fiscal y una economía estancada desde hace una década, queden privados de cubrir sus necesidades para cumplir con los acreedores.

"Ellos quieren que en Puerto Rico se desayune, almuerce y coma austeridad, y austeridad, y nosotros lo que vamos a dar es lucha, lucha y lucha", dijo el congresista con vehemencia.

Gutiérrez insistió en que hay que poner el bienestar de la niñez y de los ancianos, de los hombres y mujeres trabajadores, por encima de los intereses del gran capital especulador.

"Por mis venas corre la misma sangre (del patricio puertorriqueño) Ramón Emeterio Betances, (el mártir del nacionalismo) Pedro Albizu Campos y el compatriota (encarcelado hace 35 años en Estados Unidos) Oscar López Rivera", dijo para demostrar hasta dónde sería capaz de luchar por el bienestar colectivo de los boricuas.

Sobre la junta fiscal de siete miembros, estableció una analogía con el cuento de Blancanieves al sostener que son enviados por "Blancanieves del Partido Republicano".

Gutiérrez cosechó algunos abucheos cuando manifestó que "he aprendido a no esperar mucho de los congresistas del Partido Republicano; espero más de la gente de mi propio Partido, el Partido Demócrata".

Repudió que el Senado federal se proponga sancionar la legislación Promesa el próximo 4 de julio, cuando se celebra el Día de la Independencia de Estados Unidos.

"El 4 de julio, cuando Estados Unidos celebra la libertad y la democracia, aprobarán una junta en contra del pueblo de Puerto Rico y yo estoy aquí para decir no", proclamó Gutiérrez al advertir que no se puede permitir que una junta decida el futuro de Puerto Rico.

Al abogar por la liberación de López Rivera, de 73 años de edad, que lleva 35 años encarcelado por conspiración sediciosa, el congresista Gutiérrez aseguró que la petición de indulto "está atrapada en el Departamento de Justicia", con lo que descartó que estuviese sobre el escritorio del presidente Barack Obama, como tantas veces se ha sostenido.

El Gobierno de Puerto Rico allana el camino en previsión de su próximo impago

SAN JUAN.- El Gobierno de Puerto Rico ha allanado el camino con las escasas herramientas que tiene de cara a su próximo impago de deuda, en previsión de que Washington no le permita declararse en quiebra antes del 1 de julio.

Mientras, miles de personas se concentrarán hoy en el mayor estadio de San Juan para protestar precisamente por el proyecto de ley que prepara Washington para permitir al Gobierno de la isla declararse en quiebra, a cambio de que se someta al control de una junta federal de siete miembros que tendrá más poderes que el propio Ejecutivo local.
Aunque el Gobierno boricua también se opone a la imposición de esa junta -cuyos integrantes serán elegidos por el presidente de EE.UU. sin que la Fortaleza tenga derecho a voto- la considera un mal necesario para que Washington le provea una vía legal, similar a la Ley federal de Quiebras, que le proteja de una avalancha de demandas cuando el 1 de julio incurra en su próximo impago.
En esa fecha vence deuda por cerca de 2.000 millones de dólares que el Gobierno ya ha dicho que no puede pagar y que incluyen unos 700 millones en Obligaciones Generales (conocidas en inglés como GO's).
Ese tipo de bonos está garantizado por la Constitución de Puerto Rico, que establece que su pago será prioritario, por encima de cualquier otro gasto público al que tenga que hacer frente el Gobierno de la isla, incluida la financiación de servicios públicos básicos, algo a lo que el Ejecutivo ha dicho no estar dispuesto a renunciar.
Aunque el gobernador Alejandro García Padilla lleva toda la semana en Washington tratando de presionar a los senadores para que aprueben el proyecto de ley bautizado con el acrónimo de "Promesa" antes del 1 de julio, hay indicios de que el texto, que ya cuenta con el aval de la Cámara federal de Representantes, podría tardar en salir adelante.
Por ello, el gobernador ha emitido una orden ejecutiva para prolongar el estado de emergencia decretado sobre la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (PRIFA en inglés o AFI en español) y decretar la suspensión de todos sus pagos de deuda, al amparo de la Ley de Moratoria de Emergencia y Rehabilitación Financiera de Puerto Rico, aprobada por el Gobierno el pasado abril.
"Con esta medida, la Administración de García Padilla busca salvaguardar que el Estado Libre Asociado (ELA) continúe prestando servicios esenciales a todos los residentes de la isla", explicó la Fortaleza, sede del Ejecutivo, en un comunicado.
Con esta orden ejecutiva desde hoy queda suspendida toda obligación de transferir cualquier ingreso a las notas conocidas como BANS (pagarés emitidos en anticipación de bonos).
La Fortaleza consideró esta medida necesaria "ante la falta de acción congresional y de un acuerdo voluntario de reestructuración de la deuda con los acreedores del ELA".
"La crisis fiscal de Puerto Rico y la liquidez del Gobierno han empeorado, por lo que se ha requerido tomar medidas razonables y necesarias para garantizar la salud pública, la seguridad, la educación y el bienestar de los puertorriqueños", apuntó.
Puerto Rico está en recesión desde hace una década y el 45 % de la población vive bajo el nivel de pobreza, por lo que está registrando el mayor éxodo de su historia, protagonizado en su mayoría por jóvenes que emigran a Estados Unidos.
"El escenario económico del país empeora cada vez más, por lo que son necesarias las acciones tomadas mediante esta orden ejecutiva", resaltó García Padilla en el comunicado, en el que instó al Senado federal a que "atienda el proyecto Promesa, ya que, aunque imperfecto, ofrece una solución con la que podremos hacerle frente a la emergencia fiscal que atravesamos de cara al 1 de julio".
Sin embargo, esta iniciativa despierta una amplia oposición en Puerto Rico, donde la imposición de una junta que controle al Gobierno se considera un acto de colonialismo por parte de Estados Unidos, al tiempo que se teme que imponga duras medidas de austeridad.