Un estudio
realizado por científicos de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.)
asegura que más de dos tercios de los ateos que participaron
en esa investigación dejaron de identificarse como tales después de
tener un encuentro con Dios o con algo sobrenatural.
En el trabajo, publicado el
pasado martes
se utilizaron datos de 4.285 personas de todo el mundo, a quienes se
les pidió responder encuestas sobre experiencias de
encuentros con Dios, con un poder superior o con un
ángel. Para muchas culturas,
las epifanías
corresponden a revelaciones o apariciones
en donde los profetas, chamanes, médicos brujos u oráculos
interpretaban visiones más allá de este mundo.
Esto fue un experimento científico controlado por una
Universidad, pero yo no recomiendo a nadie que tome drogas
alucinógenas, porque pueden producir daños en la
salud mental y física, y porque no es necesario tomar ninguna
sustancia intoxicante para tener experiencias espirituales, ya
que existen muchos métodos naturales para el crecimiento personal
y espiritual.
De hecho Buda prohibió en su día la ingesta de cualquier
sustancia intoxicante para alcanzar la iluminación espiritual.
Si el objetivo es liberarse
de la ‘matrix’, del engaño, las alucinaciones nos atrapan más
en dicho engaño. La
iluminación espiritual bien
entendida es la experiencia
de lo divino. Esta experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad
o sentido de unidad con el universo. Es un esclarecimiento interior.
ATEÍSMO
El ateísmo es, en su sentido más amplio, la ausencia de la
creencia en la existencia de deidades. En su sentido estricto, es
el rechazo de la creencia de que exista cualquier deidad. En
una definición aun más restringida, el ateísmo es específicamente
la postura que defiende que no existen las deidades. Se opone
al teísmo, que en su forma más general es la creencia en la
existencia de al menos una deidad.
De los participantes, 1.184 indicaron haber tomado psilocibina,
también llamados hongos alucinógenos; 1.251 consumieron LSD, una
sustancia psicodélica semisintética; 435 dijeron que tomaron
ayahuasca, un brebaje de origen vegetal
originario de culturas indígenas de América Latina; mientras que
606 mencionaron que consumieron dimetiltriptamina (DMT), un
compuesto psicodélico que se encuentra en la naturaleza.
ENTEÓGENOS
Un enteógeno es una sustancia vegetal o un preparado de
sustancias vegetales con propiedades psicotrópicas, que cuando se
ingiere provoca un estado modificado de conciencia. Se utiliza
en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y
chamánicos, además de usos recreativos, lúdicos o médicos.
Al día de hoy los usos de muchas sustancias enteogénicas se
encuentran afectadas por la legislación penal y por los
tratados internacionales sobre psicotrópicos.
El estado facilitado por los enteógenos se caracteriza por
modificaciones en la percepción sensible y en la
interpretación y asimilación interior de dichas percepciones
sensibles, en estados de ánimo cambiantes y en fluctuaciones
en la evaluación de la propia identidad y del afuera.
ALUCINÓGENOS
Se llama alucinógenos a cierto tipo de drogas que, en dosis
no tóxicas, causan alteraciones profundas en la percepción de la
realidad del consumidor. Bajo su influencia, las personas ven
imágenes, escuchan cosas y experimentan sensaciones, muy
distintas a las propias de la vigilia. Algunos alucinógenos también
producen oscilaciones emocionales rápidas e intensas. En su
aspecto negativo, en muchas ocasiones producen confusión mental,
pérdida de memoria o desorientación en la persona, de espacio y
de tiempo.
En general son sustancias que provocan estados alterados de
conciencia que afectan a la percepción (alucinación) y varían
la noción de la propia identidad. Sus efectos son muy variables,
dependiendo tanto de la dosis como de las expectativas del sujeto, y
del ambiente que le rodea durante la experiencia. Cuando, por una
razón u otra, el balance de la experiencia resulta desagradable
para el sujeto, lo cual es bastante frecuente, suele hablarse
coloquialmente de un mal viaje.
El LSD o dietilamida del ácido lisérgico es la droga que se
identifica más comúnmente con el término alucinógeno y la más
ampliamente usada en este tipo de drogas. Se considera el alucinógeno
típico, y las características de sus acciones y efectos se aplican
a los otros alucinógenos, incluyendo a la mescalina, presente en
el peyote, a la psilocibina de cierto tipo de hongos, y a
la ibogaína, aunque varía la experiencia con cada
alucinógeno.
SOBRENATURAL
Sólo 809 personas que tomaron parte en las encuestas dijeron haber
experimentado un encuentro con algo sobrenatural sin haber tomado
ninguna droga. Un hallazgo interesante del estudio fue que la
mayoría de las personas que se identificaron como ateos
-tanto en el grupo que no usó sustancias psicodélicas como en el
que sí- dejaron de identificarse con esa orientación religiosa
después de experimentar un encuentro místico.
Durante miles de años se ha informado de experiencias que algunas
personas describen como encuentros con Dios o con un
representante de Dios, y probablemente forman la base de
muchas de las religiones del mundo.
Y aunque la medicina occidental moderna no suele considerar las
experiencias espirituales o religiosas como una de las herramientas
en el arsenal contra una enfermedad, (hay psiquiatras que sí lo
hacen) estos encuentros conducen a menudo a mejoras en la salud
mental.
EXPERIENCIA PSICODÉLICA
Se denomina experiencia psicodélica, viaje o vuelo a un
estado alterado de conciencia derivado del uso de alguna droga
alucinógena, o de algún otro tipo de práctica como la privación
sensorial o el control de la respiración. La experiencia
psicodélica suele incluir alucinaciones, percepciones muy
intensas y sinestesia. La palabra psicodélico viene de la
combinación de dos términos griegos que se traducen como
“manifestar el Alma”.
A menudo se ha comparado la experiencia psicodélica con las
vivencias que describen los místicos, lo que algunas culturas
tradicionales atribuyen a los difuntos en su paso al Más Allá
o las propias de ciertas psicosis. Aunque cada experiencia
psicodélica es única, hay características recurrentes. Una de
ellas es la sensación de conexión inmediata con todo lo que nos
rodea y una comunión panteísta con el Universo.
La intensidad de la experiencia depende de la preparación previa del
sujeto y de sus expectativas. La ilegalización de las drogas
alucinógenas y su caída en desuso supone que el consumidor se
encuentra ante un producto sobre cuya composición no tiene
garantía sanitaria alguna y se puede envenenar.
En el mercado ilegal de las drogas circulan auténticas porquerías
tóxicas.
Además, cuando se recibe con
resistencia, el cambio del
estado común de conciencia al alterado puede provocar una vivencia
angustiosa, pues la persona
siente que pierde el control, la cordura o la conciencia,
e incluso puede pensar que se acerca
su muerte. Por eso yo no
recomiendo a nadie en
absoluto que tome sustancias intoxicantes.
(*) Periodista español