domingo, 3 de julio de 2016

Rechazan colaboración con la junta fiscal de EE.UU. para Puerto Rico

SAN JUAN.- La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, y el senador Thomas Rivera Schatz rechazaron por separado este fin de semana la colaboración con la junta de control fiscal que Estados Unidos impondrá al gobierno puertorriqueño. 

"Ningún puertorriqueño debe servir en esa junta, que es dictatorial y opresiva al pueblo de Puerto Rico", manifestó Cruz Soto al esclarecer que, contrario a lo que informan los medios de comunicación en la nación norteña, la legislación Promesa no representa un rescate financiero a esta isla del Caribe, con una deuda pública de 70.000 millones de dólares.

Los siete miembros de la junta de control fiscal, que tendrá un poder omnímodo sobre el gobierno de Puerto Rico, serán designados por el Congreso y el Presidente de Estados Unidos, lo que remarca el carácter colonial del Estado Libre Asociado (ELA), establecido como gobierno propio en 1952.

La alcaldesa de San Juan parangonó a un puertorriqueño que trabaje en esa junta de control fiscal "no viene a ayudar, los únicos que ganan con eso son los buitres".

"Hablan de un rescate financiero, aquí no hay un rescate financiero, hablan del comienzo de una reestructuración, y aquí no ha sucedido eso", denunció Cruz Soto, del ala soberanista del gubernamental Partido Popular Democrático (PPD), dividido en cuanto a su visión del organismo.

Criticó además que los integrantes de la junta puedan recibir regalos y donativos, lo que abre las puertas a que terminen sobornados por los buitres.

"No nos llamemos a engaño, esta es una junta colonial, antiobrera, represiva y dictatorial (y) lo que ha hecho (el Congreso norteamericano) es entregarle el país a los buitres", subrayó.

Cruz Soto se distanció de las expresiones del gobernante puertorriqueño, Alejandro García Padilla, en el sentido de que con la junta fiscal "vamos a poder rescatar a Puerto Rico de los acreedores y devolvérselo a los puertorriqueños".

La Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (Promesa, siglas en inglés) garantizará el pago de la deuda pública de 70.000 millones a Wall Street y a los fondos buitre, por lo que se esperan grandes penurias para los puertorriqueños.

Mientras, el senador Rivera Schatz apostilló que cualquier puertorriqueño que acepte un nombramiento en la junta federal de control fiscal haría "un mal servicio al pueblo de Puerto Rico y (además de) prestarse al juego colonialista del liderato republicano y demócrata en el Congreso y la Casa Blanca".

"No caigamos en el engaño y la demagogia", dijo el expresidente del Senado ante el planteamiento de Obama de que nombrarán el mayor número de puertorriqueños en el organismo federal.

"El presidente Obama, los líderes demócratas y republicanos en el Congreso, saben que a esa junta le esperan retos y decisiones muy difíciles, que van a provocar resentimientos en muchas personas, protestas y más problemas en la isla", dijo Rivera Schatz, vicepresidente del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP).

Consideró que quieren nombrar a puertorriqueños en la junta para convertirlos en los focos de atención y los objetivos "de las controversias y presiones que se avecinan".

"Ese es el viejo juego colonial en Washington: agitar la confrontación de los distintos sectores ideológicos en Puerto Rico para producir tranques y así continuar manteniendo el statu quo y el inmovilismo colonial", dijo el senador del PNP.

Rivera Schatz recordó que uno de los principales argumentos utilizados en el Congreso federal durante la discusión de la legislación denominada Promesa era la necesidad de crear una junta que estuviera libre de las controversias y presiones políticas de la isla.

Anticipó que si se nombrara a algún anexionista, luego se diría que la junta y el entrante gobierno del PNP son la misma cosa y que si, por el contrario, se designara a alguna persona vinculada al PPD, entonces se diría que la junta no funciona porque los mismos puertorriqueños la contaminaron con sus controversias políticas internas.

"En ambos escenarios, los inventores de esta junta en Washington se lavarían las manos y esa es la verdadera razón detrás del cuento enternecedor de querer nombrar puertorriqueños", expresó el parlamentario al sostener que ningún boricua podrá borrar la desigual y discriminatoria condición colonial a la que Estados Unidos ha sometido a Puerto Rico "durante 118 largos años".

Cuba y Puerto Rico, hermandad inmune a las presiones imperiales / Reinaldo Wossaert Silva *

"Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas", plasmó la escritora boricua Lola Rodríguez de Tió en un poema en el que patentiza la hermandad y solidaridad imperecedera entre ambos pueblos. Como muestra de ello, Cuba, con el copatrocinio de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Rusia, Siria y Venezuela, presentó el pasado 20 de junio en el Comité Especial de Descolonización de la ONU un proyecto que exige la libre determinación del pueblo boricua.

Por trigésima quinta oportunidad desde 1972, el órgano integrado por 29 países aprobó la iniciativa que demanda la total independencia de Puerto Rico, reitera su carácter latinoamericano y caribeño, e insta a Estados Unidos a asumir su responsabilidad y permitir a los nacidos en esa isla lograr sus aspiraciones de autonomía.

Varios estudiosos coinciden en que Puerto Rico ha sabido resistir los embates de un proceso violento de transculturación llevado a cabo por el país norteamericano, que al invadir el territorio en 1898, estableció el inglés como idioma oficial.

Desde antes de aquella fecha se consolida la amistad y solidaridad entre las dos naciones, pues "presente", dijeron patriotas puertorriqueños en las guerras de independencia cubanas, tanto en la llamada Guerra Chiquita de 1875, como en la Guerra de 1895, entre ellos el General Juan Rius Rivera, quien fuera General en Jefe del Ejército Libertador.

Otra muestra de la hermandad entre los pueblos de ambas islas es el diseño, aunque con los colores invertidos, de la bandera nacional, la cual, en el caso boricua, fue creada en 1895 por la sección puertorriqueña del Partido Revolucionario Cubano.

Cuando vivimos el primer cuarto del siglo XXI, Puerto Rico es la colonia más antigua del mundo contemporáneo y Cuba se erige como uno de los países más activos en la campaña de respaldo a la causa independentista boricua tanto en foros internacionales como en suelo propio, a través de la Misión puertorriqueña en La Habana.

Instaurada aquí en 1966 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y el luchador independentista boricua Juan Mari Brás, esa entidad cumple objetivos esenciales, como el de exigir la descolonización de la nación caribeña, sometida a cinco siglos de dominación extranjera, los últimos 118 años por Estados Unidos.

De acuerdo con Edwin González, su actual delegado, en aquel momento el propósito era "adelantar la lucha por la independencia de Puerto Rico aprovechando la relación histórica con Cuba y la presencia de múltiples embajadas y organizaciones políticas de todo el mundo en La Habana".

El luchador independentista destacó el papel indiscutible de Cuba en el proceso libertario puertorriqueño desde la figura de José Martí, hasta las de Fidel y Raúl Castro, ejemplos de revolucionarios y luchadores indiscutibles por la soberanía de los pueblos de Latinoamérica.

Recordó González que las bases del Partido Revolucionario fundado por el Apóstol cubano en 1892 fundamentan que esa organización surgió para luchar por la independencia de Cuba y auxiliar y fomentar la de Puerto Rico.

"En el acto central por la fundación de la Misión, que se celebrará en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) el 29 de junio, haremos oficial la entrega de la medalla conmemorativa por nuestro medio siglo de existencia a Fidel y Raúl", adelantó.

González agregó que también se condecorarán al ICAP, al Comité Central del Partido Comunista de Cuba, a la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina, y a la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes.

Al respecto, recordó que hace unos días en Puerto Rico, la Misión distinguió con la medalla al intelectual cubano Ricardo Alarcón, en reconocimiento al papel jugado por él en la instauración de la referida instancia en La Habana.

Indicó que los lazos de hermandad entre ambos pueblos son fuertes y muestra de ello es el papel de Cuba en el Comité Especial de Descolonización, donde defendió nuevamente un proyecto de resolución sobre el caso colonial de Puerto Rico".

En esa línea, rememoró que el texto entre sus fundamentos principales tiene el de reafirmar el derecho inalienable del pueblo puertorriqueño a la libre autodeterminación e independencia.

Por su parte, Elio Games, vicepresidente del ICAP, aseguró que Cuba mantendrá internacionalmente el respaldo a la causa del pueblo puertorriqueño que busca su total descolonización.

"La Misión puertorriqueña para Cuba es una afirmación del compromiso de nuestro pueblo y de la propia Revolución con el derecho a la independencia de ese hermano país. Los vínculos y las conexiones son tan fuertes que, a pesar del bloqueo, es sólida la comunicación entre ambas naciones", subrayó.

Games destacó el papel de varios de los patriotas puertorriqueños que lucharon denodadamente por la independencia como Pedro Albisu Campos, Juan Rius Rivera, Juan Mari Brás, Julio Vives, Andrés Figueroa, Emeterio Betances o Eugenio María de Hostos, entre otros.

Asimismo, reiteró la solidaridad del gobierno y pueblo cubanos con el luchador puertorriqueño Oscar López Rivera, quien cumplió el pasado 29 de mayo 35 años de prisión en cárcel estadounidense, solo por el delito de pelear por la libertad de su patria.

El tema, igualmente, fue tocado esta semana por la delegación cubana en el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas, donde además de reclamar la autodeterminación e independencia de Puerto Rico, exigió al presidente estadounidense, Barack Obama, la excarcelación del hombre de 73 años.

Durante la sesión del Comité Especial integrado por 29 naciones, el Movimiento de Países No Alineados, el cual agrupa a 120 de los 193 Estados miembros de la ONU, defendió la liberación de López Rivera.

Allí, representantes en el foro de Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Siria demandaron el fin del encierro del boricua, detenido en 1981 por el Buró Federal de Investigaciones bajo acusaciones de conspiración.


(*) Columnista cubano