SAN JUAN.- En medio de la profunda crisis económica que atraviesa Puerto Rico,
agravada por la cesación de pagos de su deuda, el Congreso de EE.UU.
impulsa un proyecto que podría evitar el colapso total del Estado
asociado. Sin embargo, no hay acuerdo y el debate se posterga cada vez
más. Mientras tanto, los tenedores de bonos no cesan en la propaganda
que incluye el asesoramiento de exlegisladores, según recoge https://actualidad.rt.com.
EE.UU. analiza qué
hacer con los problemas financieros de Puerto Rico, que se agravaron
luego de que la semana pasada no cancelara un pago de bonos por
422 millones de dólares, el monto más alto de una serie de bonos
impagos desde 2015. Las previsiones son malas ya que el 1 de julio
próximo, publicó 'Fortune', el Estado asociado deberá afrontar obligaciones por 2.000 millones de dólares.
¿Qué hacer con esta crisis? Tras la visita del secretario del Tesoro
de EE.UU., Jacob Lew, a San Juan para monitorear la situación, este
miércoles iba a comenzar el debate de un proyecto que prevé la creación
de una junta de control que ayudaría a manejar la deuda de 70.000
millones de dólares y supervisaría su reestructuración.
Sin embargo, de acuerdo con el portal El Nuevo Día,
el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan,
no consiguió el apoyo suficiente para presentar el texto, por lo que,
como mínimo hasta el viernes o la semana próxima nada pasará.
Una de las principales diferencias entre los legisladores de EE.UU.
pasa por el repudio a lo que algunos califican de rescate financiero,
pese a que la iniciativa no incluye ninguna ayuda de este tipo. Por eso,
con el objetivo de facilitar su aceptación, el presidente de la
Comisión de Recursos Naturales, el también republicano Rob Bishop,
anunció una reformulación del texto y una nueva versión. No obstante,
esto no fue suficiente para conseguir el respaldo necesario.
Presión a favor y en contra
Mientras los legisladores estadounidenses discuten cómo ayudar a Puerto Rico, los tenedores de bonos trabajan para sacar el mayor rédito posible. Por eso, invierten millones de dólares en contrataciones de especialistas para defender sus posiciones.
Judd Gregg, exsenador republicano, representa a un grupo de
acreedores que, por las características de sus bonos, se beneficiarán si
la economía de Puerto Rico mejorase, por lo que aseguró que el proyecto
"trata a los acreedores con justicia y no utiliza dólares de los
contribuyentes".
Por el contrario, la republicana Connie Mack,
exintegrante de la Cámara de Representantes, responde que la norma "es
pura y sencillamente un rescate en las espaldas de los contribuyentes,
retirados y ahorristas".
Frente a estos diferendos, Bishop advirtió, de acuerdo con Reuters,
que, si el tratamiento de la iniciativa se posterga, "la situación
podría empeorar, la deuda podría empeorar y la crisis humanitaria podría
empeorar", por lo que si quienes rechazan un "rescate" demoran la
discusión, en un futuro, posiblemente estén obligados a impulsar ese
rescate.
¿En qué situación está hoy Puerto Rico?
Cualquier descripción que se intente hacer sobre su estado financiero coincidirá en que atraviesa una profunda crisis, agravada por los vaivenes de la economía de EE.UU. Por un lado, las reservas monetarias son cada vez menores debido a la disminución de los ingresos agrícolas y a la eliminación de los incentivos impositivos federales para las industrias, a lo que se suma el déficit derivado de la colocación de bonos.
Con todo esto, más de 200.000 personas abandonaron la isla en los
últimos años para instalarse en territorio estadounidense, lo que redujo
drásticamente la recaudación impositiva. En tanto, quienes se quedaron
afrontaron el alza de impuestos y de las tarifas de los servicios
públicos, la crisis de los comercios y los despidos que llevaron la tasa
de desempleo al 12%.
Otras cifras describen muy
bien cuán profunda es la crisis. La recesión es casi continua desde
2005, con una deuda que asciende al 70% de su PIB anual, por lo que la
tercera parte de los impuestos está destinada a cancelar sus
obligaciones.
Como si esto no fuese suficiente, de los 2.000
millones que vencen a comienzos de julio, unos 800 millones son bonos
garantizados por la Constitución. No cumplir con esos pagos, como ya fue
anunciado, provocará un problema legal de mayor gravedad.
Sin recursos
A
diferencia de otros países, como Argentina, que enfrentaron una crisis
similar por no pagar su deuda, Puerto Rico tiene condiciones que
parecerían hacerle imposible saltar el problema. Por ejemplo, para 'Fortune'
el país ya no estaría en condiciones de aumentar los impuestos para
mejorar su recaudación dado que esa medida ya fue tomada. Tampoco podría
incrementar sus exportaciones, ya que el crecimiento industrial de
décadas pasadas concluyó a fines del siglo XX, cuando comenzó un
importante declive.
Además, Puerto Rico, por ser un Estado asociado, no puede idear una
salida propia a su crisis, ya que siempre dependerá de las medidas que
tome Washington.
A favor está la importancia del sector turístico,
que podría beneficiarse de la mejora de las relaciones entre Cuba y
EE.UU. No obstante, parece poco en medio de un mar de situaciones tan
conflictivas como negativas que podrían causar una larga estadía de
Puerto Rico en una indeseable condición de impago.