WASHINGTON.- Cada vez luce menos probable que el Congreso tome medidas para ayudar a
Puerto Rico antes de la fecha límite del 1 de mayo para cumplir con un
pago de deuda de casi 500 millones de dólares.
La moratoria podría sumir a la isla y sus 3,5 millones de habitantes en
una crisis más profunda, lo que exacerbaría un creciente desastre
fiscal y humanitario que se ha visto opacado por las campañas políticas
en Estados Unidos.
Una comisión de la Cámara de Representantes de mayoría republicana
canceló una votación sobre una propuesta para reestructurar la deuda de
Puerto Rico, luego de que la semana pasada no obtuviera los votos
necesarios. La propuesta se está reescribiendo, y hasta el momento no se
ha reprogramado una nueva votación, indicó el presidente de la Comisión
de Recursos Naturales de la cámara baja, Rob Bishop, republicano de
Utah.
"No estoy seguro de que el 2 de mayo ocurra el Apocalipsis, pero creo
que ilustrará claramente la importancia del problema", dijo Bishop a la
prensa. "Aún hay personas que aseguran que no existe un problema... No,
sí hay un problema, y no pagarán algunas porciones".
Los problemas fiscales acumulados con los años están cobrando factura a
la isla, cuyos residentes son ciudadanos estadounidenses pero no pueden
votar en las elecciones generales. Las políticas fiscales escritas en
Washington empeoraron las cosas en los últimos años al forzar la salida
de inversiones y de empleos de Puerto Rico. La isla no ha realizado los
pagos de deuda durante meses, pero el 1 de mayo se deben pagar otros 422
millones de dólares de bonos de obligación general, así como otros 780
millones antes del 1 de julio.
La legislatura de Bishop de crear una nueva junta de supervisión para
administrar las finanzas de la isla se ha encontrado con oposición en
varios frentes debido al año electoral en Washington. Algunos
conservadores sospechan que abriría la puerta a un rescate financiero,
los demócratas se resisten a las cláusulas agregadas para mejorar el
acuerdo ante los ojos de los conservadores, grupos externos están dando
su opinión, una costosa campaña publicitaria se opone a acciones en el
Congreso, y la disputa interna entre los distintos grupos de acreedores
ha sembrado confusión dentro del Capitolio.
Con la propuesta aún bajo revisiones, es poco probable que la comisión
actúe antes de la próxima semana. Eso prácticamente imposibilita su
aprobación en la Cámara de Representantes y el Senado antes de que
finalice el mes.
Los demócratas culpan a la incapacidad del Congreso para actuar debido a
las añejas divisiones entre los republicanos en la Cámara de
Representantes, que no han podido unirse pese al liderazgo de su popular
nuevo presidente, Paul Ryan de Wisconsin. Ryan ha buscado devolverle el
poder a los presidentes de las comisiones y los legisladores de base,
pero en lo referente a la propuesta sobre Puerto Rico y otros asuntos,
el enfoque aún no ha dado resultados.
"Puerto Rico está en crisis y ellos no están respondiendo", dijo el
representante de Maryland, Steny Hoyer, el segundo demócrata en
importancia dentro de la cámara baja, al apuntar a las estadísticas que
muestran los altos niveles de desempleo y pobreza en el territorio, el
incremento de impuestos y el cierre de escuelas.
"Enfrentan el mismo problema que encaró John Boehner, un gran número de
miembros de su partido que no siguen al liderazgo", añadió Hoyer,
refiriéndose al anterior presidente de la Cámara de Representantes,
quien dejó el cargo ante la presión de los conservadores y fue
reemplazado por Ryan.
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