NUEVA YORK.- La
cineasta de origen puertorriqueño Cecilia Aldarondo cuenta en el
documental "Memories of a penitent heart", en el festival de Tribeca de
Nueva York, el tabú de la homosexualidad en Puerto Rico tras descubrir
los secretos de la doble vida que tuvo en EE.UU. su tío Miguel, ya
fallecido.
Aldarondo "jugó a los detectives" en su propia familia, de gran tradición católica como el resto del país, y descubrió que había escondido que su tío no había muerto de cáncer, como decía la reseña en los periódicos, sino de Sida, y que había compartido en Nueva York su vida con otro hombre durante doce años.
"En el 2008 encontré unas cintas en el garaje y ahí empezó la curiosidad. Había imágenes de mi tío actuando en Broadway. Era una imagen del pasado, un fantasma. Y quería saber más. Hasta que encontré sus objetos personales y lo descubrí todo", explicó hoy la directora novel.
"Me di cuenta que allí había una historia, una historia complicada que había que desarrollar", apuntó la joven cineasta criada en Florida y que tuvo que luchar contra los recelos de su propia familia para poder reivindicar la verdad sobre su tío.
Tras un arduo trabajo de búsqueda, ya que del amante de su tío solo sabía que se llamaba Robert, Aldarondo consiguió hablar con el hombre con el que vivió durante más de una década.
El hombre es ahora miembro de una congregación religiosa, pues paradójicamente fue el camino elegido tras la muerte de su pareja.
"Robert ya fue miembro de una congregación antes de salir del armario y cuando murió mi tío volvió al lugar que mejor conocía", explicó.
Precisamente fue una poderosa fe católica practicante la que llevó a la madre de Miguel a no aceptar nunca la homosexualidad de su hijo y esconder la verdadera causa de su muerte.
Preguntada por si ha cambiado en algo el tabú de la homosexualidad en Puerto Rico desde los años ochenta, Aldarondo señala que aunque las leyes han progresado -tras la luz verde en EE.UU. también se aprobó en el país caribeño la unión de personas del mismo sexo- "las actitudes siguen siendo las mismas".
"La homofobia es tan fuerte, principalmente porque la Iglesia católica aún tiene un gran poder en el pensamiento de la gente", señaló.
Preguntada sobre si no le causó un conflicto moral hacer juicios sobre su propia familia, Aldarondo señaló que se sintió "una juez privilegiada, por poder juzgar desde la distancia, sin haber estado allí".
La joven directora explicó que su familia inmediata sí ha querido ver la película y que, contra pronóstico, la experiencia les "ha unido más".
"He aprendido de todo esto que la vida es complicada y tenemos que luchar por nuestra propia historia que también es complicada", dijo.
La directora confía en que la cinta pueda verse pronto en Puerto Rico y abrir un diálogo sobre el "secreto a voces" de la homosexualidad que existe como en todo el mundo, pero de la que nunca se habla.
"Tras una de las proyecciones previas en Tribeca, un chico puertorriqueño que lleva apenas diez meses en Nueva York vino y me dio las gracias: 'Me has salvado la vida', me dijo", explicó Aldarondo.
Además, hoy también se vio en el festival neoyorquino "The Meddler", dirigida por Lorene Scafaria, en la que Susan Sarandon interpreta a una viuda a cuyo hogar regresa, tras años viviendo separadas, su hija, interpretada por Rose Byrne.
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