SAN JUAN.- El ojo del huracán María atravesó este miércoles la isla de Puerto Rico. Y aunque tocó tierra a las seis de la mañana locales, los primeros embates de la tormenta ya llevaban horas azotando la isla.
Desde la madrugada, las potentes bandas de
alimentación del huracán comenzaron a generar fuertes ráfagas y lluvias
que han roto cristales, volado techos y derribado árboles.
El ojo del huracán, ahora de categoría 3 en la escala de
Saffir-Simpson, tocó tierra en el municipio de Yabucoa, en la región
este de Puerto Rico, donde centenares de habitantes fueron evacuados
desde este martes.
Con vientos máximos sostenidos de 225 kilómetros por hora,
y a las 14:00 hora local (18:00 GMT), el ojo de la tormenta ya había
atravesado la isla y estaba a más de 80 kilómetros al oeste de San Juan.
La totalidad de la isla -3,5 millones de personas- se encuentra sin fluido eléctrico y hay más de 10.000 personas en refugios dispuestos por el gobierno.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, aseguró que este huracán
constituye "el peor evento atmosférico" que ha sufrido el estado libre
asociado de Estados Unidos en más de un siglo.
A medida que el huracán se adentra en territorio insular, los vientos
son más intensos y las primeras luces del día comenzaron a mostrar los
desastres.
Se escucha de forma seguida el ruido de cristales rotos y las ráfagas impactan fuerte contra las puertas y ventanas.
Planchas de aluminio, anuncios lumínicos y grandes ramas de árboles vuelan como si fueran hojas.
Aunque
la fuerza de sus vientos se debilitaron al tocar tierra boricua, María
continúa como un poderoso huracán de categoría 4 y con esa fuerza ha
impactado la totalidad del país hasta salir de territorio boricua por un
punto en la costa noroccidental.
Sus vientos de más de 240 kilómetros por hora y las ráfagas asolaron viviendas, comercios, centros de negocios y oficinas.
Fue
tan intensa la potencia de los vientos que dejaron inoperativo el radar
del Sistema Meteorológico Nacional, según informó el director de este
servicio.
Se estima que más de la mitad de la infraestructura eléctrica del
país está gravemente afectada, por lo que la alcaldesa de San Juan,
Carmen Yulin, estimó que la isla podría tardar un mínimo de cuatro meses
en recuperar el servicio energético.
Y a medida que avanzaba el
huracán y se intensificaban las lluvias, comenzaron también a reportarse
las inundaciones y las altas marejadas que anegaron poblados costeros.
Reportes de los servicios de emergencias indican que algunas personas que se encontraban en albergues han debido ser evacuadas y que existen decenas de personas encerradas en los baños luego de que explotaran los cristales de las ventanas de sus casas.
En un breve recorrido que realizó BBC Mundo, se constató que las
vidrieras de muchas tiendas quedaron destruidas, varias casas perdieron
sus techos y había escombros y vidrios por doquier.
"Estoy
devastada. Mi ciudad de toda la vida está destrozada. Ahora regresamos a
ver mi negocio y todo está mojado, no me quedo nada. Hay muchas casas
sin techos, esto es muy fuerte", aseguró Ada Alonso, una
residente del casco viejo de San Juan.
Hace exactamente dos semanas, el huracán Irma golpeó también Puerto Rico, aunque un golpe de suerte desvió su trayectoria hacia el norte y sus estragos fueron menores de lo que se llegó a temer.
Pero
esta vez, María golpeó de lleno y comenzó a cruzar su territorio con
sus fuertes vientos y su poder destructor, luego de dejar un rastro de
devastación en Dominica, Guadalupe y Martinica.
"Lo de Irma fue solo un ensayito. Yo tengo 74 años y te aseguro que
nunca había visto algo así. No he podido dormir por el miedo al viento
que está golpeando tan fuerte", aseguró Ramón Colón un
residente del barrio de Yabucoa que se refugió en un hotel en el viejo
San Juan.
"Es un huracán tan fuerte que ya no pretendemos
proteger nada material, nos conformamos con salvar el mayor número
posible de vidas", asegura Abner Gómez Cortés, director
ejecutivo de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y
Administración de Desastres.
Cortés explicó que su agencia aún desconoce los costes materiales o
humanos de los primeros embates del huracán, pero aseguró que "esperan lo peor".
"Estamos esperando lo peor y por eso estamos apelando al pueblo para que sea proactivo", dijo.
Cecilia
Hernández Cortés, una residente de Mayagüez, un pueblo costero que
también fue evacuada, aseguró que su gran preocupación no es
solo el embate del huracán, sino lo que vendrá después.
"Yo estoy muy preocupada, porque han dicho que podemos estar hasta tres meses sin corriente. Y la situación de Puerto Rico ya es de por sí bastante delicada", dijo.
Puerto Rico atraviesa una de las crisis económicas más graves de su
historia, con una deuda de más de 120.000 millones de dólares, cerca del
11,5% de la población se encuentra sin empleo y casi la mitad de sus
habitantes viven por debajo de los índices de pobreza.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró esta semana "zona de desastre" a 10 municipios de Puerto Rico por los impactos de Irma, pero se espera que toda la isla entre en esta categoría de emergencia tras el embate de María.
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