SAN JUAN.- Cerca de una cuarta
parte de los acreedores del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) de
Puerto Rico se han mostrado dispuestos a aceptar una quita del 43,75 %
de lo que se les debe y a seguir negociando durante un mes más, según
anunció hoy el Gobierno de la isla.
Este principio de acuerdo se alcanzó horas después de que el domingo
por la tarde el gobernador, Alejandro García Padilla, anunciara que no
se pagarían los 422 millones de dólares que tenían que abonar ese día a
los titulares de deuda del quebrado BGF, brazo financiero del Gobierno.
Ello supone el primer impago masivo en la historia de este Estado
Libre Asociado a EE.UU., que se adentra así en un terreno incierto, con
los mercados internacionales totalmente cerrados para él y en el que
previsiblemente deberá enfrentar multitud de demandas en los tribunales
de EE.UU.
Sin embargo, mientras el gobernador hacía estas afirmaciones, el BGF
seguía negociando con sus bonista, hasta que parte de ellos, titulares
de 900 millones de dólares en títulos del banco, alcanzaron un acuerdo
preliminar para la reestructuración de su deuda.
Según detalló el BGF en un comunicado, ese acuerdo consiste en
continuar con las negociaciones durante 30 días más, sin que los
acreedores recurran a los tribunales por el impago anunciado el domingo.
Los términos clave acordados contemplan una reestructuración en dos
etapas de las obligaciones del BGF, en la que todos los titulares de las
notas más antiguas (incluidos a los que han accedido a este acuerdo) se
sumarían al primer intercambio por nuevas notas con un valor un 43,75 %
inferior y el resto a uno posterior en el que la quita sería del 53 %.
Sin embargo, el propio BGF explicó al dar a conocer este acuerdo que
"sin una legislación federal de reestructuración de la deuda, es muy
poco probable que esta transacción alcance los niveles de participación
necesarios", ya que se necesitaría la conformidad de todos los
acreedores.
"En ausencia de una legislación federal, el BGF no sería capaz de
completar el acuerdo en la forma propuesta, y el Estado Libre Asociado
en su conjunto no sería capaz de avanzar hacia una reestructuración
integral de la deuda de la isla", explicó en un comunicado.
Este principio de acuerdo "es el resultado de muchas semanas de
negociaciones y discusiones", dijo la presidenta del BGF, Melba Acosta,
que valoró "la buena fe y paciencia" demostrada por los acreedores.
"Aunque aún quedan muchos pasos antes de llegar a un acuerdo total
que pueda consumarse, este acuerdo representa un primer paso vital para
encaminar al Estado Libre Asociado (ELA) en la ruta a la recuperación
económica", añadió.
La máxima responsable de la política económica de la isla aclaró que
este principio de acuerdo "es sólo una pieza en un complicado proceso
que requerirá que todos los acreedores del ELA participen".
De hecho, el BGF es sólo una de las decenas de entidades y
corporaciones públicas emisoras de una deuda que en su conjunto ronda
los 72.000 millones de dólares y cuya devolución absorbe cada año cerca
del 15 % del presupuesto público.
"El tiempo que fue necesario para llegar tan solo a un acuerdo sobre
los términos claves con una cuarta parte de los tenedores de bonos de un
solo emisor demuestra que, en ausencia de legislación federal que le dé
a Puerto Rico las herramientas que necesita, la economía de la isla
seguirá estancada, y tanto los 3,5 millones de ciudadanos americanos
residentes en Puerto Rico como nuestros acreedores pagarán las
consecuencias", advirtió.
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