SAN JUAN.- Diecisiete
meses después del huracán María, la remota isla puertorriqueña de
Vieques todavía está esperando dinero federal para reconstruir su
hospital. No llegará a tiempo para darle tranquilidad a Zuleima Nieves.
Ella
y los otros 9.000 residentes de Vieques dependen de una clínica
improvisada en un antiguo refugio para tormentas y de tres remolques
para diálisis, odontología y atención básica.
Pero la mujer de 22 años
con hipertiroidismo tiene aproximadamente seis meses de un embarazo de
alto riesgo y debe viajar a San Juan cada dos semanas para realizarse
controles. Cuando lleguen los dolores de parto, será hora de correr
hacia la "isla grande".
"Si
algo sucede aquí en Vieques, no podrán cuidarme", dice Nieves,
residente de toda la vida de este antiguo puesto de la marina
estadounidense, aproximadamente ocho millas al este de la parte
continental de Puerto Rico.
En
toda la comunidad, los ciudadanos luchan mientras una ayuda proyectada
de US$55.000 millones llega por pedazos y la Casa Blanca se tambalea en
su apoyo a la reconstrucción. Esta semana, el presidente Donald Trump
prometió "tratamiento de primera" para los residentes afectados por un
tornado en Alabama, un estado en el que goza de un fuerte apoyo.
En
cambio, se ha opuesto a la ayuda futura para Puerto Rico y ha asegurado
falsamente que la isla en quiebra quería usarla para pagar su deuda de
más de 70.000 millones de dólares.
Recientemente, la Casa Blanca incluso
consideró apropiarse de fondos de recuperación asignados por el Congreso
para pagar un muro fronterizo entre México y EE.UU.
María
mató a unas 3.000 personas en los meses posteriores a su paso en
septiembre de 2017, arrasó viviendas y negocios y acabó con la
electricidad. Hasta el momento, la mancomunidad ha identificado 7.505
sitios de reconstrucción y entregado 4.792 informes a la Agencia Federal
de Manejo de Emergencias (FEMA), en busca de reparaciones importantes.
Sólo 67 proyectos están avanzando, según el gobierno de Puerto Rico. En
un período similar después del huracán Katrina en 2005 –el último
huracán en EE.UU. de magnitud similar a la de María– había más de 9.000
en curso.
Solo 371,3 millones se destinarán a lo que FEMA denomina trabajo
permanente: restauración de la infraestructura y las instalaciones a
niveles anteriores al desastre. De eso, solo 35 millones se han
desembolsado, principalmente para carreteras y puentes.
Puerto
Rico ha sido tratado de manera diferente desde el principio.
Un informe
de la Universidad de Míchigan publicado en la revista BMJ Global Health
estudió los periodos críticos después de María, el huracán Irma en
Florida y el huracán Harvey en Texas.
El gobierno federal demoró 30
veces más tiempo en Puerto Rico para alcanzar las tasas de personal de
Florida, concluyó.
Además, 30 días después de María, solo 116,3
millones del gobierno federal estaban en los bolsillos de los
sobrevivientes, en comparación con 1.090 millones en Texas y 847
millones en Florida.
"Necesitamos
ir a la causa de todo, que es que Puerto Rico es un territorio colonial
de EE.UU.", dijo el gobernador, Ricardo Rosselló en una entrevista el
mes pasado en Washington. "Siempre va a ser un problema de impotencia".
Puerto
Rico ha estado buscando dinero para el hospital de Vieques desde
semanas después de la tormenta, asegura Omar Marrero, director ejecutivo
de la Oficina Central de Puerto Rico para la Recuperación, la
Reconstrucción y la Resiliencia. FEMA primero planeó una nueva
estructura por 26 millones, una estimación que aumentó a 57
millones.
Luego, la agencia propuso 1 millón simplemente para
rehabilitar el edificio original, dijo. Hernández, de FEMA, dice que un
equipo de 20 miembros terminó una evaluación final en enero y un panel
independiente decidirá en marzo.
Mientras
tanto, Diana Rivas, una paciente de cáncer de 60 años en remisión,
asegura que algunos de sus compañeros eligen morir en lugar de pasar
días viajando para quimioterapias y radiaciones.
Los pacientes deben
levantarse a las 4:00 a.m., tomar un ferry de una hora y luego viajar
dos horas a San Juan. Los ferries son poco fiables; el fin de semana
pasado, dos embarcaciones dañadas interrumpieron el transporte de carga,
lo que llevó al gobernador a activar la Guardia Nacional para entregar
alimentos y medicamentos.
"Si quieres salvar tu vida, tienes que viajar a la isla grande y rezar para que no pase nada en el camino", dice Rivas.
La
comunidad está buscando otros fondos federales aparte de los de FEMA.
El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU. dijo la a
semana pasada que la isla será elegible para 8.220 millones en
subvenciones para desastres, además de los 1.500 millones que ya se
han asignado.
No obstante, en un comunicado de prensa, el departamento
dijo que tenía serias preocupaciones sobre las irregularidades fiscales
pasadas de Puerto Rico y prometió condiciones estrictas y controles
financieros.
Nieves, la mujer que espera a su primer hijo, está empezando a pensar que podría ser hora de dejar su hogar de toda la vida.
"Estoy
aquí por ahora, pero si las cosas se ponen mal o siento algo, me iré a
San Juan", dice. "No pondré mi vida ni la de mi bebé en peligro".
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