viernes, 14 de septiembre de 2018

Trump insulta a Puerto Rico y niega los muertos por el huracán

NUEVA YORK.- La semana que viene se cumple un año de la llegada del huracán María a Puerto Rico, y la isla todavía tiene abiertas las heridas que dejó. Hace solo un mes se recuperó el acceso eléctrico en todo el territorio, y buena parte de sus infraestructuras siguen afectadas . Pero hay palabras que duelen más que pasar un año sin luz, sin posibilidad de conservar los alimentos, sin enchufar un ventilador para combatir el calor o sin servicios básicos en los hospitales. Donald Trump aseguró ayer que las estimaciones de fallecidos de María en Puerto Rico -territorio soberano de EE.UU.- son un invento. «No murieron tres mil personas en los huracanes que golpearon Puerto Rico», dijo en Twitter y recoge el diario Abc en Madrid.

Explicó que cuando él visitó la isla, dos semanas después del huracán, la cifra de muertos estaba «entre 6 y 18 fallecidos» y que «los demócratas» confeccionaron una cifra mucho mayor «para hacerme quedar mal». Añadió que él tuvo éxito en conseguir «miles de millones de dólares» para la reconstrucción y que cuando una persona fallecía «por vieja» la metían en la lista.
El mensaje, además de un insulto a la cara de las víctimas y de sus familiares, es un cúmulo de falsedades y de interpretaciones erróneas. Trump se olvidó de decir que la cifra de muertos que le dieron el mismo día que visitó Puerto Rico había subido a 45 cuando por la tarde se volvió a subir en el Air Force One.
Y, sobre todo, hizo una caracterización falsa del número de fallecidos, que es una estimación establecida por un informe de la Universidad George Washington y que utiliza parámetros objetivos: compara los datos históricos de fallecidos en un periodo con los registrados en los meses posteriores al huracán.
Factores como la ausencia de electricidad durante meses, la propagación de enfermedades, el desabastecimiento de agua o el cierre de hospitales se debieron al huracán y se relacionan de forma directa con el aumento de la mortalidad. Durante meses, el Gobierno de Puerto Rico aseguró que la cifra de muertos era de 64. Este verano, aceptó como buenos los datos de la Universidad George Washington.
Seis meses después de la llegada de María, Abc visitó Puerto Rico y comprobó cómo la electricidad y el agua no habían llegado a amplias zonas de la isla, con municipios donde cerca del 70% de la población no tenía acceso y donde los hospitales seguían cerrados. No es el primer insulto de Trump a los puertorriqueños.
En su visita tras el huracán, dijo que no era tan importante como «una catástrofe real como Katrina», en referencia al huracán que asoló Nueva Orleans en 2005; lanzó rollos de papel de cocina a la población haciéndose pasar por un jugador de baloncesto, y criticó que la isla había despilfarrado su presupuesto.
Las declaraciones de Trump han sido recibidas por críticas furiosas de los demócratas -el senador Bennie Thompson ha exigido su «dimisión inmediata»- y de algunos republicanos, como Ileana Ros Lehtinen, representante de Florida en la Cámara de Representantes. «¿Cómo puedes ser tan egocéntrico como para distorsionar tanto la verdad?», se preguntó. La respuesta, probablemente, la sabe Trump: un insulto a Puerto Rico no le enfrenta a sus bases electorales. Quizás lo contrario.

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