NUEVA YORK.- El huracán María, que tocó tierra en Puerto Rico el 20 de septiembre,
dejó 2.975 muertos, según el balance oficial. También arrasó con la red
eléctrica y las existencias de agua potable. Daños: 90.000 millones de
dólares.
La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), que
se encarga de gestionar los desastres y proporcionar ayuda, cubrió
inicialmente los costos de hotel de los evacuados, pero ese programa
culminó en mayo, provocando una andanada de fallos judiciales que
mantuvieron el programa durante el verano boreal.
Pero conscientes de que pronto terminará, muchos se mudaron a refugios para sin techo.
Una
portavoz de la ciudad de Nueva York dijo que las autoridades
calculan que hay unos 700 puertorriqueños sin hogar al cumplirse el
primer aniversario del desastre.
Los refugios patrocinados por el gobierno no ofrecen albergue de
largo plazo a los puertorriqueños reubicados en el continente, algo que
se ofrece a sobrevivientes de otros ciclones en Estados Unidos.
Latino
Justicia, una organización que lidera una demanda colectiva contra la
FEMA, dijo que esa política viola los derechos constitucionales de los
evacuados.
"Creemos que es responsabilidad de la FEMA proveer a esas personas",
afirmó Natasha Bannan, una abogada de esa organización.
Muchos
consideran la respuesta de la FEMA como prueba de la actitud pasiva e
indiferente hacia Puerto Rico del gobierno del presidente Donald Trump.
La
FEMA había ofrecido devolver sin cargo a los puertorriqueños a la isla
hasta el 30 de agosto. De los miles de desplazados, solo unos 500
aceptaron la oferta, indicó la agencia.
En un informe divulgado en su sitio web este verano boreal, la FEMA
admitió no estar adecuadamente preparada para manejar los efectos del
huracán María, carecer de suficiente personal y demorar más de lo debido
para entregar los suministros.
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