MADRID.-El próximo viernes arranca la temporada de huracanes en el
Atlántico. El pronóstico de la NOAA (Agencia Nacional del Océano y la
Atmósfera de Estados Unidos) indica que será más activa de lo normal. El
organismo científico predice entre 10 y 16 tormentas tropicales, de las cuales la mitad se convertirían en huracanes y al menos cuatro podrían transformarse en huracanes mayores, con una categoría tres o superior.
Este pronóstico coincide con la publicación de un estudio del Centro
Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) que ofrece un retrato sobre
los huracanes del futuro. «Es probable que el calentamiento antropogénico cause que los ciclones tropicales sean más intensos en promedio.
Esto implicaría un aumento aún mayor en la capacidad destructiva
potencial de una tormenta», explica a La Voz de Galicia, Tom Knutson, meteorólogo de
la NOAA.
La investigación, que ha analizado 22 tormentas tropicales,
concluye que los huracanes serán más fuertes, lentos y con mayor
capacidad de generar precipitaciones. «Los modelos proyectan un aumento
del orden del 10 y 15 por ciento de lluvia en una área de cien
kilómetros alrededor centro de la tormenta», añade Knutson.
Los
científicos han realizado una proyección a partir de huracanes que se
han formado en los últimos años. Uno de ellos fue el ciclón Ike, que en
el 2008 provocó vientos de hasta 280 kilómetros por hora que sembraron
el caos en el Caribe
y dejaron 180 fallecidos.
Ese mismo huracán tendría a finales de siglo
vientos un 13 % más intensos, sería un 34 % más húmedo y se desplazaría
un 17 % más despacio.
La velocidad de un huracán se encuentra entre los
factores principales que influyen en su impacto. El año pasado, Harvey se convirtió en el huracán más lluvioso en Estados Unidos tras generar 1.200 litros por metro cuadrado en 48 horas. En parte por su lento movimiento, que le permitió alimentarse constantemente de la humedad que desprende el Caribe.
El cambio climático no solo provoca un calentamiento de la atmósfera sino también del océano. El aumento de la temperatura del agua podría incrementar la posibilidad de que los ciclones afecten a Europa en su camino de vuelta por un Atlántico más cálido.
El cambio climático no solo provoca un calentamiento de la atmósfera sino también del océano. El aumento de la temperatura del agua podría incrementar la posibilidad de que los ciclones afecten a Europa en su camino de vuelta por un Atlántico más cálido.
Los huracanes, a diferencia de las
borrascas, se alimentan de aguas por encima de los 26 grados y llegarían
al continente empujados por los vientos del oeste. Esto ocurrió el año
pasado. Por primera vez en la historia, un huracán mayor, de categoría 3
afectó a Galicia. ¿Fue un caso aislado o el primero de muchos que están
por llegar este siglo?.
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