Puerto Rico es probablemente el único lugar en el mundo de habla española donde todavía subsiste el ‘azul mahón’. Así se llamaban los calzones de la selección de fútbol cuando era conocida por ‘la furia española’, mucho antes de ese invento de La Roja, que compite con la chilena. En realidad, en el Viejo San Juan no hay que recurrir ni siquiera al color, porque se da por sentado: ‘Aquí mahones’. Es como los boricuas llaman a los pantalones vaqueros.
Este
martes, Puerto Rico no está para salir de compras. No ha quedado casi
nada en pie tras el catastrófico huracán María. La devastación es casi
absoluta. Y la angustia de los habitantes de la isla improvisa a la
desesperada en petición de auxilio. Hasta a métodos dignos de películas
de piratas o de robinsones crusoe. Como la foto que han difundido por
Twitter y que está dando la vuelta a todos los medios de comunicación
norteamericanos.
Es una foto aérea, tomada probablemente por un dron o un artefacto
teledirigido, de una intersección en Punta Santiago, al este de la isla.
Escrito con pintura blanca, el mensaje grita escuetamente: ‘S.O.S.
Necesitamos agua/comida!!’. El New York Post titula: ‘Desgarrador’. El
aparato con la cámara salió desde el cercano Cayo Santiago, un islote de
14 hectáreas también conocido como Isla de los Monos por los centros
universitarios de cuidados e investigación de primates, especialmente
macacos.
El Centro de Investigación de Primates del Caribe depende de la
facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR),
pero constantemente es visitado por científicos de otras universidades:
Chicago, Yale, Nueva York… Un tuit de esta última universidad es el que
ha difundido la dimensión de las necesidades en Puerto Rico hoy.
Puerto Rico es un Estado Libre Asociado a EEUU. Como presidente,
Donald Trump viajó a Texas para interesarse por los estragos del
devastador huracán Harvey. Y poco días después hizo lo propio en Florida
tras el paso de Irma. Pero no ha estado en Puerto Rico, ni se le
espera. Será tal vez porque está muy ocupado estos días con sus
diatribas contra los jugadores de fútbol americano y de baloncesto que
se siguen poniendo de rodillas mientras suena el himno nacional en
protesta por el racismo. Hasta los ha tachado de ‘hijoputas’, textual, y
ha hecho un llamamiento a los aficionados para que hagan un boicot y no
vayan a los estadios.
O quizás más bien será porque aunque los puertorriqueños son
legalmente ciudadanos norteamericanos, ni pagan impuestos federales, ni
tienen representantes ni senadores que les representen en el Congreso en
Washington. O mejor: la verdadera razón para la insensibilidad de Trump
es que los boricuas no pueden votar en las elecciones a presidente de
EEUU.
¿Insensibilidad? Más bien indiferencia, frialdad y puede que algo de
crueldad. Hay que ser lo que hay que ser para escribir y subir a
internet estos tres tuits, como ha hecho esta madrugada de martes.
Primero: ‘Texas y Florida se están recuperando pero Puerto Rico, que
ya estaba sufriendo por una deuda masiva y por unas infraestructuras en
ruinas, está con graves problemas’.
Segundo: ‘Su red eléctrica, vieja y que ya estaba en condiciones
lamentables, ha quedado devastada. Gran parte de la isla ha sido
destruida, con miles de millones…’. Y tercero: ‘…que se deben a Wall
Street y a los bancos y que por desgracia hay que afrontar. Los
alimentos, el agua y las medicinas son prioritarias, y va bien’.
Pues no, no van bien ni los alimentos ni el agua ni las medicinas. La
foto con el SOS es sólo uno de los testimonios que hablan de las
urgencias, de las dimensiones de la tragedia. Si Trump quisiera de
verdad hacer algo por Puerto Rico, se movilizaría para que se dejara de
aplicar a Puerto Rico lo más pronto posible la llamada Jones Act, como
también este martes propone en The New York Times un antiguo congresista
neoyorquino, Nelson A. Denis.
Trump se refiere en sus tuits a la deuda de Puerto Rico. Descomunal:
72.000 millones de dólares para una población de sólo 3,4 millones de
habitantes. Pero como dice Denis, que considera a Puerto Rico como una
auténtica colonia y ha escrito un libro sobre ello, esa deuda procede de
una ley norteamericana que castiga duramente a la isla: la llamada
Jones Act. Es un vestigio de la I Guerra Mundial, aprobada en 1920 para
luchar en el futuro contra posibles submarinos enemigos.
Hoy día, la Jones Act es un monumento al proteccionismo. Establece
que todo transporte de mercancías entre dos puertos norteamericanos debe
realizarse a bordo de barcos norteamericanos, fabricados en astilleros
norteamericanos y tripulados por ciudadanos norteamericanos. Pero a la
postre, para Puerto Rico ha sido y está siendo un castigo insufrible.
Varios informes desde 2010 han destapado el hecho de que la Jones Act
perjudica de manera feroz a Puerto Rico, Alaska y Hawaii. De hecho, si
no hubiera estado vigente no existiría esa pesada losa de deuda
puertorriqueña, afirman esos informes.
Esta es la situación que provoca la Jones Act, según Denis: ‘Gracias a
la ley, el precio de los productos de EEUU es al menos el doble en las
islas vecinas, incluyendo las Islas Vírgenes, que están exentas de la
Jone Act. Además, el coste de la vida en Puerto Rico es un 13% más alto
que en 325 áreas urbanas en EEUU, incluso aunque la renta per cápita en
la isla es de unos 18.000 dólares anuales, casi la mitad de la de
Mississippi, el más pobra de los 50 estados’.
Y esto es lo que podría pasar si se derogara la Jones Act: ‘No se
trata sólo de recuperarse del huracán María. Si se suspendiera la Jones
Act, los precios al consumo bajarían del 15% al 20% y los costes
energéticos se desplomarían. Un Puerto Rico post-Jones Act podría
modernizar sus infraestructuras y desarrollar su propia industria naval.
De hecho, la isla podría convertirse en centro de transporte marítimo
entre América del Sur, el Caribe y el resto del mundo. La industria
generaría miles de empleos y oportunidades para los trabajadores
cualificados y las pymes. En una isla que tiene oficialmente un paro del
10%, pero que en realidad está más cercano al 25%, sería un dinamizador
de toda la masa laboral’.
(*) Periodista español
No hay comentarios:
Publicar un comentario