SAN JUAN.- El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, confirmó
este viernes el fallecimiento de al menos 13 personas debido al paso del
huracán María. Así, las autoridades puertorriqueñas evaluaron la
magnitud de los daños después de que el ciclón hubiese causado 21 muertos en el Caribe.
María,
ahora de categoría 3 aunque llegó al máxima de 5, dejó dos víctimas
mortales en Guadalupe, 15 en Dominica -donde llegó un barco de ayuda
francés-, una en Puerto Rico y tres en Haití. Pero es en Puerto Rico
donde la situación es más grave.
Se anuncian lluvias torrenciales que agravarán las
inundaciones en este territorio de 3,4 millones de habitantes, que
podría permanecer sin electricidad durante varios meses y con una red de
telecomunicaciones casi totalmente destruida.
El
presidente estadounidense, Donald Trump, declaró "Zona de Gran Desastre"
a este territorio autónomo estaodunidense, lo cual libera fondos
ilimitados de ayuda federal para una isla que desde mayo está en
bancarrota.
"Puerto Rico está totalmente devastado; en un
estado muy, muy delicado", explicó el presidente Trump el pasado jueves
tras saber que la isla estaba sin electricidad. Luego el gobernador
Rosselló advirtió de que "esto se puede poner peor".
"Lo
que provoca más muertes en este tipo de eventos es la lluvia.
Anticipamos que esto iba a ser el desastre más grande en un siglo en
Puerto Rico y efectivamente ha sido así", explicó, porque la isla aún
padece precipitaciones de la cola de María aunque su ojo ya esté
kilómetros mar adentro.
Un video difundido en las redes sociales por una residente del barrio de Toa Baja muestra
el agua llegando al segundo piso de su casa. "Estamos atrapados, Dios
no nos ayuda, no podemos hacer nada" se lamentaba esta mujer. "No
podemos subir (al techo) a causa del viento, miren las oleadas de agua",
decía.
Durante la noche, decenas de familias fueron
rescatadas de este barrio, un suburbio de la capital San Juan que se
inundó cuando un lago se desbordó.
"Todos vivimos la peor
noche de nuestra vida, pero los boricuas tenemos una gran fuerza
interior", comentó por su parte Iris Rivera, de 53 años, en San Juan.
"Todo el mundo está ayudando a limpiar, a dirigir el tránsito, a apoyar
al vecino".
En tanto, Ocean Park, una zona turística de San Juan, estaba bajo el agua.
Residentes en los segundos niveles de sus casas contemplaban la
inundación mientras otros, en botes y kayaks, verificaban que sus
vecinos estuvieran bien.
Varias tiendas fueron saqueadas y
no se veía mucha presencia policial, aunque la gobernación informó de
una decena de arrestos. El gobierno declaró toque de queda nocturno y extendió hasta el sábado la Ley Seca.
"El
San Juan que conocíamos ha desaparecido", afirmó por su lado la alcalde
de la capital, Carmen Yulin Cruz, quien advirtió que la isla podría
quedar privada de electricidad "durante cuatro a seis meses".
Mientras
tanto, en República Dominicana, el ciclón derribó árboles y postes de
electricidad, dejó sin energía a 140.000 personas y causó inundaciones
por las crecidas de los ríos. El Centro de Operaciones de Emergencias
(COE) ordenó desalojos obligatorios en 26 de las 32 provincias del país y
más de 17.000 personas fueron evacuadas.
Casi 3.000
viviendas reportaron daños y, según el COE, 15 comunidades quedaron
aisladas por las crecidas de ríos y un puente se colapsó. María ya se alejó de Puerto Rico el jueves por la noche, pero su campo nuboso seguía causando lluvias y vientos en casi todo el país.
En su boletín de las 03H00 GMT del viernes, el Centro Nacional de Huracanes colocaba a María a 145 Km al noreste de Punta Cana, viajando lentamente (a 15 Km/hora) rumbo a las islas Turkos y Caicos.
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