Para el año 2014, alrededor de 440,490 personas en Puerto Rico padecían la condición, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Esto significa que al menos un 15.67 por ciento de las personas mayores de 18 años en la Isla reportaron tener un diagnóstico de diabetes”, explicó la epidemióloga Mirian Ramos Colón, de la Secretaría Auxiliar del Departamento de Salud (DS).
El Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), publicó, sin embargo, que en Puerto Rico la prevalencia de diabetes para el 2014 fue de un 14.2 por ciento de la población. Pero aún con la leve diferencia, la isla ocupa la posición número uno en la lista de prevalencia de diabetes en los estados y territorios de Estados Unidos (EE. UU.), según el CDC.
En total, en EE. UU. 29.1 millones de personas tienen diabetes, de acuerdo al CDC. Esta enfermedad impide que el cuerpo produzca insulina o que la utilice adecuadamente. A su vez, la insulina es una hormona indispensable para convertir el azúcar, los almidones y otros alimentos en la energía necesaria para realizar las actividades diarias.
Adjuntas, Culebra y Salinas fueron los municipios con mayor prevalencia de la condición para el año 2014. Al otro extremo de la balanza se encuentran Trujillo Alto, San Juan y Guaynabo con la menor cantidad de casos reportados. Cuando se observa la prevalencia a partir del ingreso anual de los afectados, salta a la vista que la incidencia es mayor en los individuos cuyo ingreso es de $15 mil o menos, contrario a la baja prevalencia en el grupo de las personas cuyo sueldo supera los $50 mil.
“Cuando vemos entonces la prevalencia según el nivel de escolaridad, se comporta de la misma manera. Es decir, a mayor nivel de educación, menor es la prevalencia”, indicó Ramos, lo que podría ser un indicador de que el acceso a la educación, así como los medios para sufragar gastos de prevención y control de la diabetes pueden incidir en el padecimiento.
En la escala global, estas microestadísticas se reproducen en términos de que los países más desarrollados ostentan la menor prevalencia versus los países pobres, que mantienen un número alto de casos, según explicó la epidemióloga.
Esta condición puede traducirse en complicaciones, como ataques cardiacos, ceguera, problemas de los riñones, úlceras en los pies o amputaciones, disfunción eréctil y accidentes cerebro vasculares.
Las recomendaciones tanto a nivel mundial como local para peevenir la diabetes continúan siendo las mismas: mantener una sana alimentación, peso adecuado, realizar actividad física y visitar al médico al menos una vez al año para exámenes generales que incluyan indicadores de la condición.
El Centro de Diabetes para Puerto Rico, con sede en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, también participó ayer en el evento, en el que señaló la necesidad de aumentar la cantidad de endocrinólogos especializados para tratar la diabetes en adultos y menores en Puerto Rico. Actualmente, solo hay 40 médicos de este tipo en toda la Isla.
“El detalle es que la mayoría de ellos no acepta la reforma (plan médico del Gobierno). Este grupo de personas (pacientes de diabetes), en ocasiones, tienen que esperar seis meses y hasta un año para ser atendidos en una cita”, puntualizó el licenciado Ramón Pabón, director ejecutivo del Centro.
Por otro lado, el doctor Carlos Leyva, director del Centro de Diabetes y Endocrinología Pedriátrica de Puerto Rico, instó al Gobierno de Puerto Rico a aprobar el Proyecto de la Cámara 1532, para obligar a todo asegurador y proveedor de planes médicos de salud autorizados a operar en la isla, a incluir en su cubierta básica el suministro de un monitor de glucosa cada tres años, así como  tirillas y lancetas cada mes a pacientes diabéticos o con factores de riesgo de desarrollo de la enfermedad. Actualmente, el proyecto ya fue aprobado por la Legislatura del país.